sábado, 25 de julio de 2015

Tutorial colgante Luna


Hace mucho que no publico nada en el blog y esto no puede ser. Así que vuelvo a la carga con un tutorial, sencillo, entretenido, nada estresante, para una tarde de verano.

Vamos a hacer una luna como estas:



¡Empecemos!

Materiales:
- herramientas básicas (laminadora, cuchillas, bisturí, rodillo, etc)
- herramientas para "dibujar" la cara y hacer marcas: buril de punta plana, punzón, destornillador pequeño, o lo que tengáis por casa
- una superficie pequeña de trabajo (en mi caso un pequeño cristal, pero sirve un papel de horno)
- tres cortadores redondos: uno de la medida que queramos el colgante, uno un poco más pequeño y un tercero mayor, para rectificar la forma
- papel de horno, cartón para bruñir, papel de cocina
- pintura al óleo marrón tierra sombra tostada (o lo que os guste para envejecer) y un pincel viejo




- arcilla blanca, ecrú, translúcida y arcilla de deshecho



Me fui olvidando cosas, así que más adelante habrá algún añadido.

Empezamos con la arcilla de deshecho. La mezclamos bien,  hasta tener un color uniforme. Haremos una lámina gruesa (en mi caso #1), de la que cortaremos dos círculos, uno del tamaño que queremos el colgante y un segundo un poquito menor.




Los apilamos, intentando que queden centrados




Com los dedos, vamos fusionando las dos láminas, redondeando el canto (esto me lo enseñó Ana Belchí), hasta que quede bien suave y redondito.







En este paso es fácil deformar la pieza, pero tiene solución! Con un cortador más grande, haciéndolo girar alrededor de la pieza al mismo tiempo que presionamos un poco hacia el centro del círculo, le vamos dando forma de nuevo.






Ya tenemos la base, ahora la vamos a vestir.

Nos vamos a fabricar una murrina, imitación hueso. Acondicionamos las arcilla blanca y ecrú. Hasta nueva orden, trabajaremos con láminas gruesas (en mi caso, #1).

Mezclaremos la arcilla blanca y la ecrú, la proporción, dos partes de blanca por una de ecrú (ya veis que lo hago a ojo).




Nos quedará un color crema muy suave. Ahora acondicionamos la translúcida. Necesitamos la misma cantidad de arcilla translúcida, que la que hemos obtenido de la mezcla anterior.




Con estas dos láminas haremos la murrina imitación hueso, pero añadiremos una pequeña variación, que aprendí de Page McNall, ahora os cuento.

Apilamos las dos láminas, y las pasamos por la laminadora, para que queden bien pegadas. Cortamos la lámina resultante por la mitad, apilamos, volvemos a cortar por la mitad y apilamos.








Ahora añadiremos una lámina bastante fina (#5) de la arcilla de deshecho que teníamos por ahí (variante de Page McNall)




Pasamos el rodillo en distintas direcciones para eliminar las burbujas y poco a poco ir afinando las capas.



Volvemos a cortar, apilamos y  pasamos el rodillo.




Cuando nos guste el grosor de las diferentes capas, compactamos la arcilla, dándole forma de bloque. No buscamos líneas perfectas, más bien al contrario, cierta distorsión le añade encanto a la pieza.

Mi murrina ha quedado así:




Ahora preparamos la lámina que cubrirá la base que hemos preparado antes. Nos fabricamos una lámina finita (#4) con los restos que tenemos por la mesa (en mi caso, han salido de cortar los cuatro costados de la murrina para darle forma rectangular). El tamaño de la lámina será el que necesitemos para cubrir la base que tenemos reservada.




Cortamos cuatro lonchas de la murrina (o las que necesitemos) y las colocamos bien juntas sobre la lámina. No buscamos la perfección, así que si no tienen el mismo grosor no pasa nada, se distorsionarán de manera diferente y en este proyecto eso es favorable. Ponemos un papel de horno encima y con la ayuda de una tarjeta de cartón (o un folio doblado, una tarjeta de plástico fina, etc) bruñiremos para unir bien todas las piezas.






Pasaremos la lámina por la laminadora, con las líneas perpendiculares a los rodillos, y un grosor medio (#3).




Con la lámina resultante, cubriremos la base, con mucho cuidado de que no nos queden burbujas. 






Con el bisturí, eliminaremos la arcilla sobrante. Ya la tenemos lista para decorar!

Para dibujar la cara utilizo un buril de punta plana, que al tener la punta un poco curva, me ayuda. No rompo la superficie como pasaría si utilizara un punzón, solo la hundo. Seguro que tenéis alguna herramienta  por casa que os sirve.




Primero dibujo las cejas, luego la nariz y al final la parte de debajo de los ojos. Hay que intentar que los dos ojos queden iguales, o al menos lo más parecidos posible. Mi consejo: hacer formas sencillas y claras. No suelo hacerles boca, ¿será que me gusta el silencio?




Cuando tenemos la cara lista, vamos a hacerle marcas. Con la cuchilla le doy pequeños toques en distintas direcciones. Así tendré líneas finas.




Con el punzón le hago algunos agujeritos. Me gusta hacerlos agrupados.




Después con un mini destornillador, le hago unas crucecitas y alguna que otra marca. Si no tenéis destornilladores de estos, también se puede usar el bisturí, un palito de manicura, etc. 




También me gusta bordear toda la luna con marcas. Otras cosas con las que podéis decorar la luna son cepillo de uñas, papel de lija, buscad por los cajones, que casi todo sirve.






Pues ya la tenemos lista para hornear. La pondremos 45 minutos, a la temperatura que marque el fabricante de la arcilla que usamos.

Trasera:
Me gusta poner la trasera una vez cocida la pieza. Aquí tengo que añadir un par de materiales extras:
- arcilla líquida
- textura de filtro, esponja, papel pinocho, papel de lija de grano grueso, etc.




Ponemos un poquito de arcilla líquida en el reverso de la luna. Sólo un poco, al repartirlo con el dedo tiene que quedar brillante, pero no blanco.
Con los restos de arcilla que me sobraron, me fabrico una lámina de grosor medio (#4) y con cuidado de no atrapar aire, la pego a la pieza.




Con la cuchilla elimino el exceso de arcilla.




Y presiono con la textura, hasta que esté bien pegada y texturizada. Hay que asegurarse de que los cantos queden limpios y bonitos.






Volvemos a cocer, esta vez con 20 minutos será suficiente.

Una vez esté fría, vamos a pintar las líneas y marcas para que resalten. Usaremos pintura al óleo, un pincel viejo y papel de cocina para retirar el exceso. Podemos sustituir la pintura al óleo por betún de judea, acrílico, betún de zapato (ojo, que los marrones a veces son muy rojos), etc.




¡Al ataque mis valientes! Ponemos un poco de pintura y la repartimos por la pieza, embadurnándola bien. Hay que pintar sobre todo las líneas y marcas, asegurándose de que se llenan bien de pintura.






Ahora, con el papel de cocina retiramos el exceso de pintura. Podemos dejar una fina capa, que le dará un color más oscuro a la pieza, o retirarla toda. Hay que ir con cuidado, a veces nos llevamos la pintura de las marcas, pero tiene fácil solución, volvemos a pintar y listos.




Nos tiene que quedar algo así




Dejaremos secar la pintura y la montaremos a nuestro gusto.

El tutorial terminaba aquí, pero Ana (Científica Craft) me dijo que lo que más le gustaba era el montaje, así que ahí va!

Montaje:
Para montar el colgante necesitamos:
- taladro con broca de 1,5mm (el diámetro de la broca vendrá determinado por el grosor de la pieza y el de la arandela que vayáis a utilizar)
- una arandela grandota (que vaya bien según el grosor de vuestra luna)
- chafas del color que os guste. Yo he usado 7, color cobre
- cordón al gusto. Últimamente estoy usando cordón de seda reciclada, pero podéis usar antelina, cola de ratón, cinta de seda, etc.
- cordón de lino de 1mm, o de cáñamo, o de algodón, pero que sea bastante más fino que el otro cordón.
- cierre. También se puede cerrar con un nudo, si lo haces largo como yo.




Con el taladro hacemos el agujero para pasar la arandela.






Pasamos el cordón de seda, cortado a la medida que nos interese y el de lino, añadiendo un palmo y medio extra por un extremo y un palmo por el otro. Empezamos con el extremo más lago, haciendo un nudo sobre la arandela, para fijarlo todo y que no se nos vaya moviendo.




Una vez anudado, empezamos a enrollar el cordón de lino sobre los otros cordones, apretando bien y juntando bien las vueltas. 




Después de 3 o 4 vueltas, añadimos una chafa. La colocamos en su sitio, damos otra vuelta de cordón y lo volvemos a pasar por la chafa. Así conseguimos que se mantengan mejor en la posición que nos interesa (justo en vertical, sobre la luna).






Vamos dando vueltas con el cordón de lino y añadiendo chafas, al gusto. Yo añado tres, una para el Yin, otra para el Yang y la tercera, para equilibrar. Cuando acabemos la serie, hacemos otro nudo.




Continuamos subiendo por uno de los cordones de seda. Me gusta enrollar un poco el lino, para que no quede tan tieso. A una distancia de unos 4 dedos, vuelvo a hacer un nudo, enrollo el lino, le pongo otra chafa, anudo y continúo. Le pondré tantos "atados" como me guste. Suelo poner dos en cada cordón.




Repito en el otro cordón y cierro el conjunto con un cierre o un nudo. Aunque pase por la cabeza, me gusta ponerle cierre, por si un día llevas un peinado espectacular, no estropearlo.

Y así quedó mi colgante, listo para lucir!




Espero que os guste y paséis un buen rato haciendo lunas.

Dudas, consultas, sugerencias, regalos, etc, serán bienvenidos!!

Feliz verano a tod@s!!!!!!