Mientras voy trabajando en proyectos a medio plazo, me he dado el gusto de probar algo que hacía tiempo rondaba por mi cabeza: una luna.
Sigo con mi impulso de hacer cosas más rústicas, incluso algo primitivas, tribales, será para compensar las horas que paso inmersa en este mundo tan tecnológico.
La excusa para jugar con la arcilla ha sido el cumpleaños de una amiga, a quien le he regalado la luna.
Y esta para mi
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